RAIN MAN

ALARMA. Acabamos de salir de la habitación del hotel de Indianápolis en calzoncillos. ¡El altavoz avisa ‘fuego’ y que nadie toque los ascensores! Por suerte es una falsa alarma, pero vaya susto que nos hemos dado… Qué casualidad que los incendios se apagan con la protagonista de esta columna: el agua. Este elemento ha sido el actor principal del fin de semana junto a ‘Ike’ Casillas (el huracán, o su colita, que supuestamente iba a aterrizar el domingo por los alrededores del circuito). Sólo el sábado dejó de caer agua sobre Indy, pero el domingo fue exagerado, fue un verdadero vendaval y en el motorhome al mediodía estaba convencido de que Dirección de Carrera iba a suspender nuestra carrera programada para las 15 horas locales, las 21 en España.

SIN GANAS. Si te soy sincero, no me ‘apetecía’ mucho correr esta carrera. Tan sólo imaginarme pasando a más de 200 por una curva con tres o cuatro centímetros de agua se me quitaban todas las ganas de ir en moto (y eso que es lo que más me apasiona en la vida). Viendo la tele se podía apreciar el lamentable estado de la pista, así que salí de mi motorhome, mire el cielo, y me puse a ‘rezar’ para que Rain Man (‘El dios de la lluvia’, Tom Cruise, 1988) siguiese con su tarea y la carrera se anulase o aplazase. Mis súplicas surtieron efecto pero al contrario pues justamente en ese momento paró de llover y un fuerte viento empezó a atizar el circuito. Cuatro camiones empezaron a barrer y a secar el tramo ‘nuevo’ de la pista (que era el que tenía un asfalto más resbaladizo y peligroso) Ya no había dudas, se iba a correr la carrera.

ADELANTAMIENTOS. Se apagó el semáforo y realicé una buena salida, aunque en la primera curva me pasaron tres pilotos. Era el momento de estar atentos y rodar con precaución, guiándote un poco por el ritmo de los demás hasta alcanzar el tuyo. Delante mio empecé a ver los primeros sustos y en pocas curvas me puse a rueda de Pedrosa, que iba quinto. Estaba claro que si me mantenía encima de la moto no iba a ser una de mis habituales nefastas carreras en agua.
Pasé a Pedrosa y me puse a rueda de Valentino, que tampoco me costó mucho superar. El italiano, en cambio, perro viejo donde los haya, se enganchó a mi rueda para a la mínima ocasión poderme adelantar. Creo que él sabía que si no me conseguía pasar pronto podría tener problemas más adelante, pues yo siempre voy de menos a más. El caso es que efectivamente mi compañero en el equipo Fiat Yamaha, aprovechó el sector resbaladizo para adelantarme.

FINAL SORPRESA. Rossi pasó a Dovizioso y se fue en busca de Hayden, que era líder con tres segundos de diferencia. Yo también pasé a Andrea, aunque me costó tres vueltas, tiempo suficiente para perder la estela de Valentino. Mi misión era ‘sencilla’, mantener un buen ritmo para mantenerme lejos de Dovi y Stoner y ver si me acercaba a la cabeza. Cuando comenzó a llover de verdad recuperé toda la diferencia que me separaba de Hayden, pero la bandera roja me dejó con la única opción de subirme al tercer peldaño del cajón…