Me sorprendo. Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, no me pasé la noche después de la carrera en vela recordando una y otra vez la caída. Me sorprende el buen comportamiento que he tenido en ese sentido y lo rápido que he olvidado la caída. Hace años eso era imposible, mientras que ahora me preocupo más de disfrutar el día a día.
Con mi hermana. Me ha ayudado a ello venir a casa de mi hermana Laura. Hacía tiempo que no la veía y he aprovechado el gran premio para hacerlo. La verdad es que la noto muy cambiada. Va creciendo rápido, supongo que como yo. Lo que pasa es que ahora yo cambio cada vez menos y ella lo hace más, porque tiene 17 años. Le gusta mucho el diseño y yo la animé a que se viniera a aprenderlo a Londres porque aquí hay muchas escuelas buenas para estudiar esa disciplina. El diseño es algo que a mí también me gusta, pero lo que yo hago lo he aprendido por mi cuenta.
3.200 euros. A propósito de diseño, quería contar en esta columna que el cuadro que pinté y entregué en la subasta que hubo en Donington Park, a beneficio de la fundación 'Riders for Health', Motos Solidarias en España, se lo quedó un aficionado por 3.200 euros. Era un cuadro con el continente de África en el que aparecía clavada mi bandera de Lorenzo's Land y al lado un corazón con este mensaje: 'Peace and Love for Africa' (Paz y amor para África). Me quedé sorprendido e impresionado de que hubiera alguien capaz de pagar tal cifra por un cuadro mío, por algo pintado por mí. Me lo pidieron, lo hice encantado del mundo y ahora me alegra haber podido contribuir un poquito a la suma recaudada entre todos: 205.135 euros.
Su pasión. La gente que acude al GP de Inglaterra lo vive con mucha pasión y me quedé alucinado con la cantidad de público que se congregó en esa subasta. Me han dicho que hubo algo más de 4.000 personas y eso es algo que no he visto en ningún otro circuito a la hora de colaborar con esta asociación que ayuda en el continente negro. Sin duda, son muy apasionados y pagan barbaridades por cualquier recuerdo nuestro, mucho más de lo que yo pagaría. Es su pasión.
La mía. Yo no sé si sería tan motero como los aficionados que vienen a vernos en caso de no haber podido pilotar en moto. A mí la pasión me viene de los domingos de carrera cuando era pequeño y los tenía que ver por televisión. Cuando salía del cole el viernes y sabía que había carreras ese fin de semana en la tele, sentía un gusanillo especial. En casa lo sabían y el mayor castigo al que me podían someter era dejarme sin ver las carreras. Recuerdo que mi padre lo hizo en Assen 98. Me encargó que le avisara cuando empezara la carrera de 125cc, porque él estaba repartiendo tickets de descuento entre los guiris para el kárting que tenía, el Aquacity de Mallorca, y, estaba tan alucinado junto a mi amigo Rubén con aquella carrera en el circuito holandés, que se me olvidó por completo avisar a mi padre y entonces me castigó sin ver la de 250cc.
No era mi día. De la carrera del domingo sólo os puedo decir que me ha quedado claro que para otra vez tendré que tener mucho cuidado porque sé que en Inglaterra me perdió la línea blanca. Y supongo que también será así en Silverstone, porque en Donington este fin de semana ha sido la última vez que se ha disputado el gran premio. En cuanto a la línea blanca, como os decía, fue un error mío pisarla. En todo caso, estaba claro que no era mi día porque, después de hablar para los periodistas en el circuito tras la carrera, le reté a un pulso a mi amigo Mela con el brazo izquierdo, el malo para los dos ya que con el derecho aún tengo que tener cuidado, y no logré batirle. Me vaciló diciendo que él se motiva con 'Yo, el halcón', de Silvester Stallone. Tendré que verla para otro día.