martes, 28 de julio de 2009

ME PERDIÓ LA LÍNEA BLANCA


Solazo. Hola a todos. Antes que nada, quería contaros que sigo en Inglaterra porque me voy a quedar a pasar dos o tres días en Londres y, como suele pasar en estos casos, hoy luce un sol estupendo. Ya podía haberlo hecho el domingo... De todos modos, y como digo siempre, no vale de nada lamentarse.

Me sorprendo. Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, no me pasé la noche después de la carrera en vela recordando una y otra vez la caída. Me sorprende el buen comportamiento que he tenido en ese sentido y lo rápido que he olvidado la caída. Hace años eso era imposible, mientras que ahora me preocupo más de disfrutar el día a día.

Con mi hermana. Me ha ayudado a ello venir a casa de mi hermana Laura. Hacía tiempo que no la veía y he aprovechado el gran premio para hacerlo. La verdad es que la noto muy cambiada. Va creciendo rápido, supongo que como yo. Lo que pasa es que ahora yo cambio cada vez menos y ella lo hace más, porque tiene 17 años. Le gusta mucho el diseño y yo la animé a que se viniera a aprenderlo a Londres porque aquí hay muchas escuelas buenas para estudiar esa disciplina. El diseño es algo que a mí también me gusta, pero lo que yo hago lo he aprendido por mi cuenta.

3.200 euros. A propósito de diseño, quería contar en esta columna que el cuadro que pinté y entregué en la subasta que hubo en Donington Park, a beneficio de la fundación 'Riders for Health', Motos Solidarias en España, se lo quedó un aficionado por 3.200 euros. Era un cuadro con el continente de África en el que aparecía clavada mi bandera de Lorenzo's Land y al lado un corazón con este mensaje: 'Peace and Love for Africa' (Paz y amor para África). Me quedé sorprendido e impresionado de que hubiera alguien capaz de pagar tal cifra por un cuadro mío, por algo pintado por mí. Me lo pidieron, lo hice encantado del mundo y ahora me alegra haber podido contribuir un poquito a la suma recaudada entre todos: 205.135 euros.

Su pasión. La gente que acude al GP de Inglaterra lo vive con mucha pasión y me quedé alucinado con la cantidad de público que se congregó en esa subasta. Me han dicho que hubo algo más de 4.000 personas y eso es algo que no he visto en ningún otro circuito a la hora de colaborar con esta asociación que ayuda en el continente negro. Sin duda, son muy apasionados y pagan barbaridades por cualquier recuerdo nuestro, mucho más de lo que yo pagaría. Es su pasión.

La mía. Yo no sé si sería tan motero como los aficionados que vienen a vernos en caso de no haber podido pilotar en moto. A mí la pasión me viene de los domingos de carrera cuando era pequeño y los tenía que ver por televisión. Cuando salía del cole el viernes y sabía que había carreras ese fin de semana en la tele, sentía un gusanillo especial. En casa lo sabían y el mayor castigo al que me podían someter era dejarme sin ver las carreras. Recuerdo que mi padre lo hizo en Assen 98. Me encargó que le avisara cuando empezara la carrera de 125cc, porque él estaba repartiendo tickets de descuento entre los guiris para el kárting que tenía, el Aquacity de Mallorca, y, estaba tan alucinado junto a mi amigo Rubén con aquella carrera en el circuito holandés, que se me olvidó por completo avisar a mi padre y entonces me castigó sin ver la de 250cc.

No era mi día. De la carrera del domingo sólo os puedo decir que me ha quedado claro que para otra vez tendré que tener mucho cuidado porque sé que en Inglaterra me perdió la línea blanca. Y supongo que también será así en Silverstone, porque en Donington este fin de semana ha sido la última vez que se ha disputado el gran premio. En cuanto a la línea blanca, como os decía, fue un error mío pisarla. En todo caso, estaba claro que no era mi día porque, después de hablar para los periodistas en el circuito tras la carrera, le reté a un pulso a mi amigo Mela con el brazo izquierdo, el malo para los dos ya que con el derecho aún tengo que tener cuidado, y no logré batirle. Me vaciló diciendo que él se motiva con 'Yo, el halcón', de Silvester Stallone. Tendré que verla para otro día.

martes, 21 de julio de 2009

NO QUISE VOLVERME LOCO

Comparaciones. Hola a todos de nuevo. Como os será fácil imaginar, hubiera preferido hacer la columna de esta semana con otra victoria en el palmarés, pero ya visteis que no pudo ser por muy poco, por 99 milésimas, como mi número. Han pasado muy pocas horas todavía, pero ya me ha dado tiempo a comparar este cuerpo a cuerpo de Alemania con Rossi con el que mantuvimos en Montmeló. Creo que aquél fue una lucha más titánica y agresiva, en la que estuve mejor, con la excepción de esa última curva que me costó la victoria. En ésta de Sachsenring, a pesar de que me encontraba muy cómodo detrás de él y de que no tenía que forzar mucho la máquina para seguirle, me equivoqué con la estrategia. Eso es lo que me costó la victoria, porque sigo convencido de que tenía que haber lanzado mi ataque antes para intentar escaparme.

Sinceridad ante todo. Otro elemento a tener en cuenta son las características del circuito, que dificultan los adelantamientos, y, sinceramente, reconozco que me costaba adelantarle en las frenadas. Hay que trabajar en eso, porque lo que tampoco quería era volverme loco y hacer alguna locura. Por eso no lo intenté a la desesperada, poniendo en juego una caída que me privara de unos puntos importantes. Esos puntos son los que hoy me permiten estar feliz.

La decepción inicial. La vida sigue igual y me ilusiona continuar viviéndola tal como hago, pero hombre... Tampoco puedo esconder mi decepción y la primera emoción fue de eso, de decepción, y es lo que mostré ante las cámaras nada más bajarme de la moto. No me gusta esconder mis emociones y sé que no es igual escribir esta columna después de ser segundo que de ganar una carrera, aunque tampoco considero un gran marrón tener que sincerarme ahora. Tras el calentón inicial del resultado, empiezas a pensar en positivo y ves que has sumado un nuevo podio, muchos puntos y que sigues en la pelea.

Mensajes de ánimo. Hablando con mi padre por teléfono, me dijo que no esté triste, que había hecho un fin de semana muy bueno y que tarde o temprano llegará mi momento. Y como él, todos con los que hablé de mi entorno me dijeron que ya llegará esa primera victoria sobre Rossi en el cuerpo a cuerpo. El primero de todos con el que hablé fue con Marcos, mi preparador, y la verdad es que le vi encantado con mi comportamiento.

Eché cuentas. Él sabe mejor que nadie lo mucho que he mejorado en cuanto a concentración y en cuanto a pensar y a analizar la carrera encima de la moto, que es cuando resulta más complicado hacerlo porque en esos momentos la adrenalina se nos dispara. Sé que hace tres o cuatro años habría actuado de manera completamente diferente en la misma situación. Seguramente habría tenido muchas posibilidades de caerme. Ya he dicho antes que valoro el hecho de no volverme loco, y eso que sabía en todo momento que la diferencia en la general pasaba de ponerme a catorce puntos o a cuatro en función del resultado final.

El calendario. En circunstancias normales, sin mi hombro aún recuperado al cien por cien, sería una bendición que la siguiente carrera fuera ya el próximo domingo. Sin embargo, el calendario ha querido que sólo haya una semana entre una y otra. Mejor eso que estar descansando en silla de ruedas un par de carreras...

El aprecio. Supongo que allí también se hablará mucho sobre mi futuro y esto de sentirme el centro de atención es algo novedoso para mí. Se nota hasta en las amistades, porque de repente surgen muchas por el paddock que antes no había. Lo que me gustó en Alemania fue ver banderas de 'Lorenzo's Land'. Una cosa es verlas en tu país y otra fuera. Creo que se debe a mis resultados y también a mi cambio de actitud y a lo que me están enseñando las personas que tengo a mi alrededor. Siento que se me aprecia más.

Una gran cena. Por último, y para que veáis que la vida sigue, quiero contar la cena tan divertida que nos pegamos todos los miembros de mi equipo, del que noto que cada vez estamos más unidos, en un castillo medieval de Dresden que daba miedo. Nos pusieron cubiertos de madera y apareció un cocinero gigante con una máscara similar a la de un carnicero humano, al estilo 'Hostel', la peli de Tarantino. Por suerte, nos dejó enteros y nos dio de cenar bien.

miércoles, 8 de julio de 2009

ESTO NO ES 'HUMOR AMARILLO'

Dolores. Os saludo antes de subirme en el aeropuerto de San Francisco a un avión rumbo a casa y he de reconocer que me he levantado bastante dolorido en la clavícula y el pie, aunque era algo que ya me esperaba dado que los dolores ya existían cuando me fui la noche anterior a la cama. Es lo que ocurre siempre cuando se pasa el efecto de la infiltración, pero en los próximos días me iré encontrando algo mejor.

Nada de lamentos. Me han preguntado cómo hubiera sido la carrera sin las lesiones, pero no me gusta imaginarme eso. El pasado, pasado está y no se puede cambiar. Esa segunda caída en la calificación, merecida o no, ya ha ocurrido y de nada sirven los lamentos.

Motivo de orgullo. De lo que sí estoy orgulloso es de haberme visto bien y de pelear por lo máximo. Este tercer puesto de Laguna Seca no es un tercero de otra carrera, terminando a diez o veinte segundos de la cabeza. Es un tercero peleando a muerte por el segundo e incluso por la victoria. Eso es algo que me llena mucho y supongo que a los aficionados que siguen a Lorenzo, también.

La caída. Según se produjo, pensé que era una injusticia, porque este año estoy muy concentrado y no suelo cometer errores. Me caí porque el neumático no estaba caliente. Ralenticé la marcha para que se fueran los demás pilotos y poder hacer una buena vuelta, pero eso fue mi perdición. Los Bridgestone tenían diferente compuesto en la izquierda que en la derecha, con una doble mezcla, y el lado derecho estaba más frío de lo que debía, por lo que salí por los aires. En ese momento, no te da tiempo a pensar en nada, pero sí que recuerdo que me sorprendió que volara tanto. Salí disparado casi al mismo nivel que el año pasado en China, y allí volé muchísimo, con la diferencia de que aquí iba más rápido, en tercera marcha y a 160 por hora. La de China fue sólo a 80 por hora...

Tuve suerte. Reflexionando sobre esto último, podría decirse que tuve suerte, porque viendo las imágenes por televisión parecía que mi pierna se había roto completamente. Al final sólo fue la subluxación de la clavícula y un metatarso del pie derecho. Comparando esta volada con la de China, sigo pensando que la del año pasado fue más bestia, aunque esta fue más inesperada. Lo que está claro es que me estoy convirtiendo en un especialista en salidas por orejas. A ver si las abandono por una buena temporada, porque no me apetece demasiado tener que verlas por la tele, y es lo que habitualmente más echan.

Morbo. Las personas somos morbosas por naturaleza y, en los reportajes que suelen poner de MotoGP, el noventa por ciento de las imágenes son las caídas y los trallazos que nos pegan las motos. A mí también me pasa con otras cosas, por ejemplo, cuando veo los tortazos que se pegan los concursantes de 'Humor amarillo'. Lo que pasa es que nosotros nos hacemos más daño que ellos. Aquí nos jugamos la vida y esto no es Humor amarillo.

Por orejas. Las salidas por orejas a mí siempre me pasan por lo mismo, porque el neumático está frío. Normalmente, yo tengo mucho tacto en el gas y controlo bien la relación entre mi eje trasero y el neumático, lo que hace que no me caiga por abrir más gas de la cuenta o por entrar demasiado rápido en una curva. Ahora, en cada carrera, emplearé más tiempo en hablar con los técnicos de Bridgestone para que me den indicaciones sobre las prestaciones de sus compuestos duros y blandos.

Una recomendación. Antes de despedirme, me gustaría hacer una recomendación por si alguno tiene la suerte de venir hasta San Francisco, que es la ciudad con aeropuerto internacional que más cerca queda de Laguna Seca. Me refiero a la visita que hice a la cárcel de Alcatraz antes de llegar al circuito. Estuvo Al Capone en ella. Es una isla a dos kilómetros de la ciudad, con unas corrientes muy bestias que llevan al mar y no a la costa, con el agua muy fría y hasta con tiburones. Por eso es muy curioso cómo te explican la historia de los tres presos que lograron escaparse y cuyos cuerpos jamás se encontraron, por lo que son los únicos supervivientes que han escapado a Alcatraz. Se me pone el vello de punta sólo de pensar por lo que tuvieron que pasar. Es más difícil que ganar un gran premio.